
Para que el bronce esté siempre reluciente, periódicamente límpielo mediante el siguiente truco casero: Se llena una pequeña cubeta con agua caliente y se añade 1/2 vaso de vinagre y 1/2 vaso de amoniaco. se impregna un cepillo de cerdas finas en esta solución y se frota el bronce. Se enjuaga con agua y se le saca brillo con un trapo de piel de camello.
En cualquier clima el cuero requiere, para mantener en óptimas condiciones, de la humectación. Si se observa que el cuero se reseca, puede utilizarse una crema o líquido especial para zapatos de cuero. La sustancia debe ser aplicada suavemente mediante una esponjita de cosméticos. Se debe evitar, en todo momento, colocar un exceso del producto, ya que el cuero requiere respirar. Sólo con un poquito es suficiente. Evite el betún o la vaselina, pues agrietan el cuero.
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