jueves, agosto 20, 2009

Tras la exposición solar, la piel tiene que ser tratada para reparar en la medida posible la deshidratación y los daños causados por los rayos ultravioletas.
Cuando vuelvas a casa lo primero que tienes que hacer es darte una ducha de agua tirando a fría y usar un gel suave para eliminar los restos de bronceador, salitre o cloro.
Una vez seca la piel debes ofrecerle un tratamiento de hidratación urgente, aplicándote una crema específica para después de tomar el sol.


Un medio sencillo de prevenir las quemaduras del sol consiste en humedecer las zonas descubiertas del cuerpo con una solución formada por un litro de agua y cucharada y media de bicarbonato.
Pero si has estado demasiado tiempo expuesta al sol y te has quemado, disuelve 200 gr. de bicarbonato en una cubeta con agua y sumerge en la solución la zona afectada.


En la montaña, la cantidad de rayos ultravioletas B, responsable de las quemaduras solares, aumenta un 3% cada 400 metros de ascensión y un 20% cada 1.500. Además, la pureza del aire facilita su penetración. en la playa, sobre el agua, la reflexión es de un 10%; en la montaña cuando hay nieve, de un 80%. En el caso de sufrir una quemadura debida al efecto de los rayos ultravioletas, se recomienda:
Empezar por tratar la piel con agua fría. Aplica luego un producto pos-solar, preferentemente en forma de gel, debido a la sensación de frescor que transmite. Si aparecieran ampollas, en ningún caso las revientes, y limpia con un antiséptico para evitar cualquier infección.

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